Las diez leyes del laserista torpe

Oid vosotros, laseristas todos, estas leyes que os digo de buena fe y sin imposiciones. Que muchos ya conocereis y las veréis como ciertas, y que otros harán bien en leer y recordar, para prevenir males y promover la causa de los caballeros y damas laseristas. Preservaos a vos y a vuestro barco con buen hacer marinero y que os sirvan de ayuda estas diez leyes.

1ª ley del laserista torpe: Disfruta y vuelve entero.

La vela es un deporte, y "deporte" es otro nombre para "juego". El láser es divertido, pásalo bien.

2ª Ley del laserista torpe: El láser es un monotipo, la diferencia la marcas tú.

Depende de tí. El láser es un monotipo, sencillo en su aparejo, pero fino a la hora de llevalo bien. Si el resto es más rápido que tú, busca el 60% de la mejora en tu técnica, el 30% en tu táctica, y del 10% que queda, puede que algo sea culpa de tu barco. Yo, de novato le echaba la culpa al barco, ... hace tiempo que he dejado de hacerlo... ;)

3ª ley del laserista torpe: Cuanto más dolor sufras en un láser, más rápido navegará.

Navegar en láser duele. Estira bien las piernas al colgar durante la ceñida, baja los hombros hasta que veas a la flota por debajo de la botavara. Navegarás rápido, y sabrás lo que es el dolor. El dolor es nuestro amigo, nos recuerda lo bien que hemos navegado el resto de la semana. Sumando esta regla y la 1ª, se llega por estricto razonamiento lógico, a la conclusión de que los laseristas somos algo masoquistas.

Muestra tus heridas. Cuantas más heridas, más dolor, cuanto más dolor, más rápido habrás navegado. Así que enseña con orgullo tus marcas, moratones, rozaduras y heridas. Las marcas del sol entre la parte superior de las botas y la inferior del neopreno tres cuartos, y los callos en las manos, son señales que el laserista debe enseñar y exibir con orgullo.

4ª ley del laserista torpe: Nuevo no significa más rápido.

Las bonitas etiquetas de las marcas de material, las velas crujientes y compases caros no ganan regatas. No olvidéis que un láser de 30 años con pala y orza de madera llevado por un alguien en bañador con la habilidad adecuada y un trapo por vela puede ganar y lo hará para recordar la grandeza del láser y la humildad que todo laserista debe tener.

Otro corolario de esta regla es que las camisetas, gorras, polos, y tops de campeonatos, mundiales, trofeos, copas u otras regatas son igual de rápidos que el mismo material conseguido a través de nuestra cadena de supermercados local. Eso sí, las primeras molan mucho más.

5ª ley del laserista torpe: No seas un idiota.

El laserista idiota es aquel que navega de forma que siempre molestará con sus malas palabras o maniobras a uno o más miembros de la flota en cada manga. Piensa y busca al idiota entre los laseristas con los que sueles navegar. Si no lo tienes claro, es posible que el idota seas tú mismo.

Una consecuencia de esta ley es: Sé amistoso. Habla con todo el mundo, ayuda a todo el mundo, pregunta cuando no sepas. En el láser no hay diferencias de edad o sexo, hay diferencias de peso. Competirás con aquellos que más o menos pesan lo mismo que tú, así que no distingas a nadie por cualquier otro motivo.

5ª ley del laserista torpe: Promueve la clase.
No me refiero a que pagues tarjetas de clase, licencias federativas y otras mandangas (eso se da por supuesto...:)). Hablo de colaborar organizando regatas, entrenamientos, travesías o salidas de domingo por la mañana.
Otros navegantes pueden descubrir lo que se están perdiendo a través de tu experiencia. Cuéntalo, y si es en un blog, hazlo por lo menos una vez a la semana ;).


6ª ley del laserista torpe: Sé autosuficiente.

Para mí, aquel laserista que llega a la regata por sus propios medios, monta su barco, lo bota, navega las pruebas sin neumática de apoyo ni entrenador, vuelve a tierra, desmonta, carga, viaja a casa, descarga, y al día siguiente va a trabajar, estudiar o madugar, es en general, navegante hasta la médula, un laserista de pro, y si pasa de los 30 años, alguien a quien deberíais invitar a unas cervezas cada vez que podáis.

Claro que es bueno navegar con un club, con entrenador y neumáticas de apoyo, pero me pregunto si la afición seguiría siendo la misma si no existiesen todas esas "comodidades".

7ª ley del laserista torpe: El mar se ve mas bravo desde tierra. Sal a navegar con viento.

El láser es más divertido cuanto más viento hay. Un través en un láser con  un viento de 15 nudos es una de las cosas más divertidas que hay. No estoy diciendo que te juegues el tipo saliendo con fuerza 5, pero dentro de tus posiblidades atévete a salir a navegar con viento. Hazlo siempre de forma segura, avisando de que vas a salir a alguien, diciéndole a la hora que tienes pensado volver, o saliendo con compañía.
Sumando las leyes 1ª, 3ª y 7ª confirmamos nuevamente lo de que a los laseristas nos gusta sufrir.

8ª ley del laserista torpe: En las fotos no se vé el viento.

Da igual que enseñes las fotos a tus amistades y digas "hacía una rasca importante", no te van a creer. No se lo digas, ¡demuéstraselo!. Invítalos a navegar y sabrán lo que es el mar y el viento de verdad.

9ª ley del laserista torpe: Para que uno gane tiene que haber otros que no lo hagan y alguien que quede de último.

Recuerda, cuando llegues primero, que lo has conseguido porque alguien ha quedado segundo, y todos los demás detrás. Respeta a todos los que navegan contigo, cuanto mejor sea la flota más mérito tendrá el que gane. Un tal Paul Elvstron (sí, ese de las velas con la corona en el puño de amura) decía: Ganar perdiendo el respeto de tus adversarios no es una victoria".

10ª ley del laserista torpe: Lee, comenta y comparte el blog del Laserista Torpe!

Una vez a la semana al menos, conéctate a http://laseristatorpe.blogspot.com. Comenta las entradas, participa en Facebook y comparte tus opiniones con todos los laseristas torpes!

Una vela láser en la Vendée. ¡Samantha Davies no es torpe!.

Para los que no lo sepan, la Vendée Globe es una regata que sale de Francia y recorre la ruta de los tres cabos circunnavegando el mundo sin escalas, en barcos dela clase IMOCA, de 60 pies (18 m) tripulados en solitario, y sin asistencia. Dicho así ya se hace uno una idea de lo dura que puede ser esta regata. Pero para los que conocen la vela oceánica es mucho más. La Vendée es la cima de la vela en solitario, un desafío que muy pocos han podido acabar y que sale cada cuatro años de la región francesa del mismo nombre. La salida de la edición de este año tuvo lugar el domingo de hace dos semanas y a estas alturas los primeros están cruzando las calmas ecuatoriales un poco más al sur de las islas de Cabo Verde.

Muchos navegantes se preparan desde muy jóvenes (sobre todo los franceses) para llegar algún día a correr la Vendée Globe. Empezando a competir en Mini 6,50, pasando por los Fígaros o los Open 40, todas ellas clases en solitario, los patrones se enfrentan a un camino en el que muchos se quedan en la cuneta por falta de patrocinadores, resultados, o simplemente por mala suerte.
En la Vendée hay tres puntos críticos en los que suelen ocurrir las roturas que siempre sufren varios de los barcos que participan, que son el cabo de Buena Esperanza en África, el mítico cabo de Hornos y aunque parezca mentira, en todas las ediciones entre el Cantábrico y la costa de Portugal, siempre caen bastantes participantes.

La imagen que se puede ver más abajo es el Saveol de Samantha Davis, la única mujer que participa en esta edición, y que frente a la costa de Portugal ha perdido el palo. Samantha ha alcanzado las islas de Madeira, donde ha conseguido un palo de un First Class 8 y una vela que todos conoceréis para improvisar un aparejo de Fortuna que le permita llegar a Cascais.

Imagen Vendée Globe http://www.vendeeglobe.org/
Ahí se ve la velita de láser en lo que parece un través o una aleta, tirando de todo un 60 pies en medio del Atlántico. Una máquina de navegación oceánica hecha de carbono, titanio, kevlar, con lo último en electrónica, acastillaje y velas, empujado por un trapito de dacron diseñado en los años 70. El sueco que se la ha prestado ya tiene un barco un poquito más famoso, porque ese número de vela ha dado la vuelta al mundo, por lo menos mediáticamente, cosa que Samantha ya no podrá completar esta edición.

Este año, el mallorquín Bubi Sansó corre esta regata en el Acciona 100% Ecopowered. El primer  IMOCA 60 que genera toda la electricidad que consumen este tipo de barcos de forma  completamente ecológica, usando paneles solares, hidrogeneradores y pilas de combustible. Bubi estuvo en mi club, el Liceo Marítimo de Bouzas en el 2008, después de que hubiese participado en la Barcelona World Race de aquel año junto a Pachi Rivero. Vino a darnos una charla en la que creo que parpadeé dos veces, durante la hora que duró. En aquella ocasón le pregunté si sabía cuando correría su segunda Vendée (participó en la del 2001) pero no lo tenía nada claro... ¡y miradlo ahora!.

Gracias a todos los que me habéis mandado mensajes avisándome de esta imagen para que la incluyese en el blog del Laserista Torpe. De verdad me ha gustado mucho ver como os acordáis del blog cuando veis una vela láser. :)

Iwo Jima laser sail. Una tarde aburrida de domingo...

Disco antifricción para la fogonadura del láser.

El mantenimiento del láser para mi es un consumo de tiempo dedicado a la vela en el que podía estar navegando en vez de haciendo chapucillas. Me interesa poder navegar el máximo tiempo posible con el barco en unas condiciones razonables, y es por eso que de vez en cuando, y a pesar de que pierda horas en el mar, le dedico un rato.

No hay mayor pérdida de tiempo que quedarse tirado por un herraje roto o rajar una vela por no haber revisado un palo de vez en cuando. Se pierden muchas horas de navegar reparando averías y se gasta mucho dinero, además de las malas experiencias que podemos pasar. Un ejemplo muy tonto es este.

Mi amiguete Mario Morillo ha estado haciendo mantenimiento en su barco y me ha comentado un detalle al que no se le suele prestar mucha atención, pero que puede alargar la vida de un casco bastantes años.

Muchos sabrán que una de las partes a vigilar del láser es la fogonadura. Una fogonadura estanca y fuerte es muy importante para un láser en buen estado, y todos sabemos que el palo gira sobre ella en cada virada y trasluchada, con la jarcia empujándolo firmemente contra el fondo. A mi se me viene a la cabeza lo que pasa en un almirez o mortero, ese aparato de cocina donde se machacan las especias y las hierbas.

Un ejemplo muy gráfico, ¿eh?

Mario ha estado sustituyendo el tope plástico que se monta en la coz de la sección inferior del palo. Este tope es el que está directamente en contacto con la fogonadura. He aquí la foto.

Tope plástico al final de la base de un palo láser.
La pieza de la izquierda está usada. La de la derecha es relativamente nueva. Se puede ver a simple vista el desgaste de la parte inferior de la pieza vieja con respecto a la nueva (como 5 mm de diferencia), e incluso se ve como el desgaste es mayor en una parte de la pieza (la que apunta hacia popa) con respecto a la otra.

Pudiera parecer poco importante prestarle atención de vez en cuando a esta pieza. Pero si el desgaste es suficiente, el aluminio del palo puede llegar a entrar en contacto con el fondo de la fogonadura. Esto, como muchos ya sabrán, es letal para el casco del láser, porque en cada giro el palo irá limando poco a poco el fondo hasta que se produce una entrada de agua o algo mucho peor.

Viendo esa diferencia entre el desgaste en la zona de la pieza que queda a popa y la que queda a proa, me comenta Mario que esto afecta directamente a la caida del palo (se llama caida del palo a la distancia que separa la punta del palo o perilla, del punto medio del espejo de popa del barco). Cuanto más desgastada hacia popa más caida tendrá el palo, más ceñidor será y peor irá en popas.

Sé que los hay, aunque yo nunca los he conocido, laseristas preocupados por encontrar puntas del palo más o menos flexibles para conseguir mayor o menor caída en el palo en función de la fuerza del viento. Supongo que esos mismos laseristas habrán tenido en cuenta este desgaste, porque desplaza la perilla hacia popa... Misterios que alguien nos podría aclarar en la sección de comentarios.

Los fabricantes de láser, que han pensado en todo, ya han encontrado una solución que previene este problema, y que es colocar en el fondo de la fogonadura un disco anti-fricción (¿teflón, carbono?) de menos de 1 mm de espesor. Esto está permitido según las reglas de clase.

Yo he pensado en estos discos, pero también me he dado cuenta de que si algo se cuela entre el disco y el casco, me iba a hacer un estropicio igual o mayor sin que yo me diese cuenta. Así que desde hace tiempo lo único que hago es asegurarme de que la base del palo está totalmente limpia de arena u otra cosa antes de meterla en la fogonadura, y de vez en cuando le doy la vuelta al barco para meter la manguera en la fogonadura y limpiar todo lo que pueda haber caido dentro.

Espero que esto os haya sido de ayuda. Gracias a Mario Morillo por la idea y las fotos.


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